lunes, 2 de septiembre de 2019

La travesía de Pedro y Miguel en Alto Tuntús

Eran las 6 de la mañana del 15 de julio, cuando Pedro Cueva y Miguel Chuquipiondo, registradores itinerantes de Amazonas partieron, en auto, desde la sede GRIAS Nieva hacia una base militar localizada en la Comunidad Nativa de Urakusa. En este centro militar ellos estuvieron esperando a un helicóptero de la Fuerza Aérea para que los llevara a la localidad awajún Alto Tuntús.

Debido a la intensa lluvia, el helicóptero demoró en llegar a Urakusa, y los registradores del RENIEC esperaron con paciencia hasta la 1:55 de la tarde para comenzar su desplazamiento con dirección a Alto Tuntús. A las 2:17, llegaron a la localidad de Shaim, en el distrito El Cenepa, provincia de Condorcanqui. Ahí permanecieron cerca de una hora, mientras el personal del programa social Juntos entregaba retribuciones económicas a los pobladores de la zona.

A las 3:40 p.m. el helicóptero de la Fuerza Aérea aterrizó en Alto Tuntús, donde Pedro y Miguel fueron recibidos con alegría y pancartas que celebraban su arribo a la comunidad.

Antes de que caiga la noche, Pedro se reunió con los jefes de la localidad, a quienes explicó el trabajo de documentación que el RENIEC llevaría a cabo. Al día siguiente, las atenciones comenzaron desde muy temprano y se prolongaron por dos días. En total, los colaboradores de la GRIAS realizaron 211 inscripciones de DNI para menores y mayores de edad y 33 renovaciones de documento de identidad.

La mañana del 18 de julio, Miguel y Pedro, junto con pobladores que hicieron de guías, se desplazaron cinco horas hasta la localidad Bajo Tuntús. Ahí coordinaron con Jacinto Jempes, Apu de la zona, para ejecutar una campaña de documentación el día 19. En el lugar, llevaron a cabo 32 inscripciones de DNI y 2 renovaciones.

Tras pasar la noche en Bajo Tuntús, a las 7 de la mañana del 20 de julio, ambos empezaron una caminata de 7 horas, bajo la llovizna de la selva peruana, con dirección a Chija. En esta localidad, Pedro y Miguel se reunieron con el enfermero del puesto de salud, Yecsar Bermeo, debido a la ausencia de las autoridades de Chija. La campaña de documentación se produjo el 21. Junto a los colaboradores del RENIEC, estuvo el registrador civil de Wayampiak, quien inscribió actas de nacimiento.

Tras culminar la jornada en Chija, Pedro y Miguel descansaron unas horas, y a las 4 de la mañana del 22 de julio, partieron rumbo a Nieva. En la ruta, Pedro sufrió un accidente. Debido a la intensa lluvia y a la oscuridad generada por las copas de los árboles, Pedro se golpeó contra una rama espinosa de mora, lo que afectó su ojo derecho. Miguel pudo sacar una espina del ojo de su compañero, pero sin duda, la visión de su amigo de viaje ya estaba afectada.

Por otro lado, a causa de las largas horas de caminata, Miguel se encontraba muy débil, y sus piernas se vencían por tramos. Ante dicha situación, los pobladores, que hacían de guías, frotaron ortiga o ishinga en las extremidades inferiores del colaborador del RENIEC. En dicha zona del país, se tiene la creencia que la ortiga ayuda a calentar y fortalecer los músculos del cuerpo.

Por esas razones, cuando llegaron a Wayampiak, Pedro y Miguel atendieron pocos trámites de DNI; sin embargo, explicaron a las autoridades y a la población de los inconvenientes y se comprometieron a retornar en otra fecha para documentar a los peruanos de dicha localidad.

En esta comunidad ambos fueron atendidos por la obstetra del centro de salud. La mujer limpió la herida del ojo de Pedro. Tras reposar unas horas, los registradores caminaron cinco horas hasta llegar a Sijak, donde pasaron la noche.

El 23 de julio, dejaron Sijak y caminaron 13 horas hasta el centro poblado Imacita, donde llegaron pasada las 9 de la noche.

Finalmente en la mañana del 24, partieron a Nieva y Pedro fue enviado a Chiclayo para recibir una adecuada atención médica y así evitar cualquier repercusión negativa en su ojo derecho.
Esta campaña, donde se evidenció la resistencia física y mental de los registradores itinerantes de la GRIAS Amazonas, dejó como resultado, 260 inscripciones de DNI -247 para menores de edad y 13 para mayores- y 53 renovaciones de documento de identidad.

Como vemos, los trabajadores de la GRIAS RENIEC se desplazan a las zonas más alejadas del país y usan diversos medios de transporte para llegar y documentar a los peruanos. Ellos no temen exponer su integridad física, pues saben que con su labor, sus compatriotas acceden a la identidad y a sus derechos, lo que les ofrece una vida digna.

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